El canal conocido como La Cajilota, uno de cauces que desemboca en la planta de tratamiento de San Miguel para después llegar a la laguna de Cajititlán, presenta una evidente contaminación al transportar basura de todo tipo y aguas residuales.
En el interior de este cause se pueden apreciar desde envases de plástico y algunas envolturas, hasta objetos de gran magnitud como llantas, ropa, cubetas y electrodomésticos, incluso en uno de los tramos se encontró una lavadora de ropa.
Por Víctor Hugo Ornelas
El canal cuenta con una mayor presencia de agentes externos en el tramo que se ubica a la altura del fraccionamiento Valle de los Emperadores y la planta de transferencia de residuos de la empresa Caabsa, la cual se deslindó de la contaminación del cauce en voz del encargado de la planta de transferencia.
En uno de los costados de este cauce, se pudo registrar la presencia de algunas baterías de litio, material pesado que ninguna planta de tratamiento en todo el territorio nacional puede procesar o tratar, cabe señalar que el pozo que lleva el mismo nombre de “La Cajilota”, tiene una toma a un estimado de doce metros del cuerpo del cauce y debido a que no cuenta con mamposteo, existe la posibilidad de que el agua que corre por este arroyo pueda filtrarse a la reserva hídrica.
Ya en sesión de Ayuntamiento, uno de los ediles solicitó que se llevara a cabo una inspección en el cauce y se tomaran las medidas necesarias para su saneamiento, sin embargo a más de diez días de lo anterior, este canal luce basura de todo tipo en su interior y el agua que transporta presenta olores fétidos.
Sobre la carga de basura con la que cuenta este canal de la Cajilota, autoridades municipales señalaron que la ciudadanía es la principal responsable por utilizar este lugar para tirar basura; y en cuanto a las aguas residuales que podría estar recibiendo, señalaron que ya se encuentra el proyecto de un colector que evitaría que algunos fraccionamientos aledaños sigan vertiendo sus aguas en este arroyo, aunque no fue anunciada ninguna intervención que pueda cambiar las condiciones o reducir la contaminación que recibe, “Para qué quito una pila si mañana va a haber dos”, mencionó al respecto Erick Tapia, Coordinador de Servicios Públicos.
Pero no siempre la realidad de la Cajilota fue la que hoy se puede apreciar, hasta hace una década, este acueducto representaba un espacio de recreación para las familias del municipio que lo frecuentaban recurrentemente y lo mismo podían pescar en el lugar que introducirse al mismo a darse un chapuzón.
Es evidente que la presencia de nuevos fraccionamientos y de una planta de transferencia son agentes que influyen de manera indirecta en lo que ocurre con el canal, que en más de una ocasión se ha desbordado no solo por la saturación que alcanza durante lluvias torrenciales, sino por la cantidad de azolve que se encuentra dentro de este y que ha generado que el cauce de La Cajilota sea uno de los más sucios en el municipio, sin importar que este tenga conclusión en el mayor atractivo turístico de Tlajomulco, la laguna de Cajititlán.
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