sábado, 9 de marzo de 2013

2001


Se secó la laguna de Cajititlán

Uno de los momentos más críticos que vivió Tlajomulco a lo largo de su historia, quedó documentado en las páginas de La Verdad: Cajititlán se secó. En la primavera de 2001, las aguas del vaso lacustre distintivo de nuestro Municipio llegaron a un nivel por debajo del metro y medio de profundidad.

“Llegó el día que nadie deseaba: la laguna de Cajititlán se acabó. El pequeño espejo de agua que quedaba no soportó los intensos rayos de sol y se secó en el curso de esta semana. La población de Cajititlán y otras que se encuentran en las orillas de lo que fue el vaso están apesadumbrados y esperan que las tres instancias del Gobierno asuman la responsabilidad y realicen las obras necesarias para que la laguna vuelva a captar agua el próximo temporal”, se lee en la nota que daba cuenta de este suceso del viernes 13 de abril de 2001.


Los paseos en lanchas se interrumpieron, así como la pesca, algunas embarcaciones se movían a escasos centímetros del lodo, se hicieron misas para la recuperación del nivel del agua del vaso lacustre, tras la sequía, se descubrió una osamenta en el centro de la laguna de Cajititlán.

El gobierno municipal y la Comisión Estatal del Agua, rehabilitaron el canal de Cedros para que se alimentará de agua a la laguna de Cajititlán, lo que generó que el vaso lacustre recuperará su nivel de manera paulatina hasta el verano del 2002.

Tragedia en el Cerro Viejo

Otra de las notas que impactó en 2001, fue sin duda la que llevó por encabezado “Tragedia en Cerro Viejo”, durante la semana santa de ese año. Tras la muerte de un excursionista, al parecer sufrida  por intoxicación, al ingresar a una cueva donde se almacenaba gasolina de manera clandestina en una decena de contenedores.

Eduardo Pacas, quien falleció en el lugar, se encontraba de paseo por el Cerro Viejo acompañado de un grupo de excursionistas, que como es tradición, los días santos subían a ese lugar. El jueves santo decidió meterse a una cueva y al no poder salir rápidamente del sitio, murió por intoxicación, mientras que Juan Hernández Tapia, quien lo acompañaba en la expedición, de igual forma se intoxicó, pero logró vivir para contarlo.

En un rescate sin precedentes en Tlajomulco, paramédicos de Bomberos de Guadalajara, en un helicóptero lograron rescatar al sobreviviente y bajaron en esa misma aeronave el cuerpo de quien falleció en el lugar, hasta el campo del club Rápido de San Miguel Cuyutlán.

La noticia fue de tal impacto, que incluso la edición se reimprimió en dos ocasiones, con un tiraje aproximado de 3 mil ejemplares.

En la grilla

La presión de los habitantes de Delegaciones y Agencias Municipales logró que Sánchez Magaña realizara una consulta pública para designarlos, proceso que no quedó exento de críticas, pues en Cuexcomatitlán fue nombrado Delegado, Álvaro de la Cruz, sin haberse registrado para la contienda, todo porque a Antonio Tatengo, como Regidor, se le ocurrió agregar una línea para votar por “otro”.

Enrique Alfaro Ramírez comenzó a aparecer en los primeros planos de la política municipal, encabezando el Consejo de Colaboración Municipal de Tlajomulco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario