sábado, 5 de enero de 2013

Irradian belleza y fragancia


El cultivo de rosas implica un largo proceso y requiere de cuidados especiales, pero esta actividad, así como el comercio de estas flores, se concentra en nuestro Municipio, específicamente en la delegación de San Sebastián el Grande.

Jesús Alejandro Orozco es un floricultor del Rancho San Antonio, situado a un costado de la carretera Tlajomulco-San Sebastián,  con 17 años de experiencia en esta práctica, en entrevista para este medio, explicó el trabajo que implica el cultivo de rosas, “El proceso  de siembra normalmente lo comenzamos en el mes de noviembre, para que en el mes de marzo el patrón o silvestre que fueron sembrados, comiencen a florear, (en primavera) y tardamos dos semanas en hacerlo, el crecimiento de los patrones tarda aproximadamente cuatro meses para que se convierta en rosal”.

Por Noemí Figueroa

La elección de la tierra en la que se realiza el cultivo resulta un tema interesante, ya que deben pasar cerca de cinco años para volver a cultivar rosas en el mismo espacio, “Primero tenemos que ver que la tierra esté descansada, si anteriormente hubo rosales sembrados en el lugar, podemos sembrar otro tipo de flores como girasoles o cempasúchil, pero no de nuevo rosales, porque estos simplemente no se darán, de todas maneras la tierra tiene que ser abonada cada año”, comentó nuestro entrevistado.

Existen una gran gama de colores y tipos de rosales, pero en esta zona de cultivo únicamente se dedican a la siembra de las rosas más conocidas por la gente, “Nosotros manejamos alrededor de diez colores de rosas porque existen demasiados, la flor más solicitada es la roja, y el color se define cuando haces el injerto, (…) cada tipo de rosa tiene un nombre, nosotros sólo tenemos algunos tipos de rosas, unas se llaman Dallas y otras que se llaman Royal Baccara, éstas últimas son rojas aterciopeladas, casi en tono tinto, además de las rosas que tienen forma de estrella y las otras más grandes llamadas Apolo".

RECIBEN CUIDADOS ESPECIALES

Para poder lograr que las rosas florezcan adecuadamente, los floricultores inician las actividades de trabajo desde las siete de la mañana y concluyen cerca de las seis de la tarde, “Las rosas tienen un cuidado especial, tenemos que cuidar que no se empolven porque eso es plaga para ellas, también debemos quitar todas las hierbas que salgan a su alrededor por que eso también las contamina y cuidarlas del frío además de utilizar fertilizantes que contienen potasio, fósforo y boro para  finalmente fumigarlas una vez por semana”, explicó Jesús Alejandro.

Así mismo, esta zona de cultivo cuenta con un sistema de riego denominado riego por goteo, el cual funciona con presión generada por la diferencia de altura entre su fuente de agua llamada reservorio y el terreno a regar, según indicó el floricultor, “Regamos dos veces por semana y además usamos una manguera adicional para rosearlas por la parte de encima para que no se llenen de polvo”.

SON DE EXPORTACIÓN

Después del largo proceso para producir rosas, en el que además se invierten cerca de dos mil pesos por semana en una hectárea y media, las rosas deben ser cortadas con unas pinzas para floricultor y colectadas para posteriormente ser vendidas al público y distribuirlas a diversas florerías de la zona metropolitana, en un precio promedio de 18 pesos por docena, costo que en ocasiones aumenta hasta los 100 pesos cuando las rosas son adquiridas en las florerías.

Cabe resaltar que en nuestro Municipio se cuenta, orgullosamente, en varios lugares con este tipo de parcelas donde se siembran flores, porque con el avance de la tecnología han ido desapareciendo o a se han sustituido por sofisticados invernaderos, además de la mancha urbana que se ha apoderado de dichos predios, así como de la modificación que ha sufrido el clima.

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