domingo, 14 de octubre de 2012

Crecimiento y abandono, el cáncer municipal

Una de cada tres casas de Tlajomulco se encuentra deshabitada, muchas
de ellas, vandalizadas


El “desmedido” crecimiento poblacional, -como lo han llamado sus más recientes gobernantes- en Tlajomulco de Zúñiga, genera una serie de problemas sociales que colocan al municipio dentro de los más conflictivos de la zona metropolitana de Guadalajara.

De acuerdo al Plan Municipal de Desarrollo, presentado en las administraciones, 2004-2006, 2007-2009 y 2010-2012, así como las propuestas presentadas en campaña por el actual gobierno, la dotación de servicios públicos y la seguridad pública han sido los principales retos que se han impuesto las últimas cuatro administraciones de este municipio.

Sin embargo, basado el incremento de las denuncias emitidas por ciudadanos en los últimos nueve años, tanto al Gobierno Municipal, como a la procuraduría de justicia con sede en éste municipio, mientras crece la población, a la par, se incrementan las necesidades de sus habitantes.

De acuerdo a datos del último censo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) Tlajomulco está posicionado como el segundo municipio con mayor incremento poblacional en el país, solamente por debajo de García, Nuevo León.

Por Víctor Hugo Ornelas

Lo anterior ocasionado por la explotación de sus tierras para la construcción de conjuntos habitacionales que concentran gran cantidad de habitantes, un ejemplo de ello es Hacienda Santa Fe, uno de los más habitados en México que según datos del INEGI reporta 86 mil 935 habitantes.

Tlajomulco, según datos su Dirección de Desarrollo Urbano, cuenta con un total de 422 fraccionamientos construidos en un lapso de 42 años, es decir un promedio de 10 conjuntos habitacionales por año, pero los números no pueden tomarse de esa manera, pues fue a partir del nuevo siglo, cuando las inmobiliarias comenzaron a invertir en los llamados mega fraccionamientos, construyendo en una década más de 200 unidades habitacionales.

El primer fraccionamiento de Tlajomulco fue construido en 1970, un conjunto habitacional de nombre El Palomar que hoy en día se encuentra en la categoría de los de mayor estatus social en el estado de Jalisco.

En contraste, Santa Fe, Chulavista y Los Silos, edificados en la última década, se han convertido en focos rojos en materia de inseguridad, en su haber, estos lugares tienen un historial de homicidios, robos, violencia y marginación que han rebasado a las autoridades municipales, aun con lo anterior, de acuerdo al INFONAVIT, actualmente de cada 10 créditos que otorga la institución, al menos seis se ejercen en Tlajomulco.

Una de cada tres viviendas, deshabitadas

Los relatos y declaraciones de los vecinos entrevistados en diferentes fraccionamientos del municipio, indican que las casas deshabitadas son objeto de diversas actividades delictivas: puertas, muebles de baño, instalación eléctica, marcos de ventanas, cristales, tarjas y tubería, son sustraídos de estas viviendas para luego comercializarse principalmente en las llamadas zonas de segundas de los tianguis.

El allanamiento es otra de las actividades que los vecinos de los fraccionamientos Chulavista, La Noria y Los Silos, relacionan con las casas vacías, “A nosotros nos prestó la casa el dueño, tenemos como un año viviendo aquí”, señaló un hombre que junto a su familia habita una casa en la calle Santa Isabel de la etapa tres del fraccionamiento Chulavista.

Aunque, al preguntar al sujeto por el nombre del propietario de la vivienda que tuvo a bien prestar la casa, no supo responder y un tanto nervioso señaló, “No, la verdad no sé cómo se llama, pero mira, aquí estamos tranquilos verdad, no nos metemos con nadie”, enseguida preguntó, “¿Vienen del INFONAVIT o de dónde?”, luego de esto, concluyó la entrevista.
Al ingresar a una de las viviendas deshabitadas de la calle Sierra de Chapultepec, en la etapa cinco de Chulavista, se pueden encontrar más que muros y ventanas rotas: en el piso, en lo que supone ser la sala-comedor, se podía apreciar una gran cantidad de ropa amontonada, el baño aún conservababa la función para la que fue creado, aunque era el suelo el que hacía las de retrete.

Sin embargo, fue en las recámaras de la vivienda donde encontramos lo más relevante acerca del uso que se le da a estas casas: tendidos sobre el suelo y cubierto con una sábana, yacían los restos de una caseta telefónica que aparentaba haber sido sustraída de su lugar en la calle para luego ser desmantelada y extraer el dinero que había en su interior, mientras que en el otro cuarto, un perro visiblemente mermado de salud, convalecía tendido entre heces fecales y algunos huesos.

Sorpresivamente, una persona cruzó de lo que podría ser el patio y apoyándose de una llanta brincó por encima de la barda de la casa dirigiéndose a la vivienda colindante, la cual también estaba deshabitada, todo esto, frente a una escuela primaria.

Pero Chulavista no es el único lugar dónde las casas deshabitadas generan inseguridad, fomentan el pandillerismo y los actos delictivos. Una mujer, habitante del fraccionamiento Los Silos, quien prefiere que nos refiramos a ella como María, por temor a alguna represalia a sus declaraciones, dice vivir con un “miedo” constante.

“No sabemos qué hagan ahí adentro (en la casa vecina) pero seguido meten muchachitas y vienen unas personas como a drogarse, bueno eso creo yo, porque huele muy feo cada que entran a la casa”, señaló María, que al preguntarle si en alguna ocasión había denunciado a la policía lo que nos narró, respondió nunca haberlo hecho, “Imagínate, uno ni sabe quiénes son (los que ingresan a la vivienda) al rato la agarran contra nosotros”.

El último estudio del INEGI indica que en Tlajomulco hay un total de 171 mil 710 casas habitación, de las cuales 57 mil 151 se encuentran deshabitadas, dato que se corrobora con el presentado en 2011 por Instituto Mexicano para la Competitividad, mismo que pone al municipio como el de la tasa de vivienda abandonada más alta de México.

Cabe mencionar que existe una diferencia entre el termino vivienda abandonada y vivienda deshabitada, esta última se refiere a las casas que tienen dueño, incluso pueden estar al corriente de pagos municipales pero nadie las habita, entre tanto, se considera vivienda abandonada a toda aquella casa que  además de estar deshabitada, no registra el pago de los impuestos y crédito hipotecario.

Al respecto, la dirección jurídica del municipio, que colabora con el INFONAVIT en un programa de recuperación y remate de viviendas abandonadas, señala que actualmente en Tlajomulco hay al menos 5 mil 700 de estas casas, de las cuales mil están por ser rematadas a través del mencionado programa que fue implementado en 2010.

Un panorama con los que no están, o aún no llegan

Más de 416 mil personas habitan fraccionamientos y comunidades dispersas en un municipio que tiene 636 kilómetros cuadrados de extensión territorial -más de tres veces el tamaño de la ciudad de Guadalajara-, una situación que ha complicado las cosas al Gobierno Municipal, tanto para dotar de los servicios básicos a cada una de las localidades, como para combatir con éxito el índice delictivo, que según información emitida por el propio gobierno, se presenta en mayor medida en delitos del fuero común, siendo el más recurrente robo a casa habitación, pues refiriéndonos solamente a 2011, se presentaron 843 denuncias por esta causa.

Pero qué pasaría si las 57 mil viviendas deshabitadas fueran ocupadas por sus propietarios, tomando en cuenta que el promedio de ocupantes por vivienda particular habitada que arroja el INEGI es de cuatro, es decir, ¿Qué pasaría si Tlajomulco recibiera a esos 228 mil habitantes? “Sí en un momento dado se cubrieran todos esos espacios de vivienda, estaríamos hablando de una crisis de nuestro presupuesto”, mencionó Ismael Del Toro, Presidente Municipal de Tlajomulco.

Y es que en contraste con la tasa de crecimiento municipal, que es del 12.3 por ciento anual, según el Índice de Desarrollo Humano en México, el presupuesto per cápita de Tlajomulco es “de los más pobres del país”, dijo el alcalde.

No obstante, ese crecimiento, o los más de 200 mil habitantes que podrían ocupar las viviendas deshabitadas, no estarían tazando para los ingresos del municipio,  pues en la fórmula para destinarle recursos, el número de habitantes no es el factor más determinante para definir la suma a otorgar por la federación.

El tema del crecimiento “desmedido”,  es motivo de preocupación para el Gobierno Municipal, incluso, el alcalde señaló para este medio que pedirá a la Cámara de la Industria de la Vivienda que no se sobre-oferte la vivienda en el municipio y se trabaje en un esquema para solventar esos temas.

De continuar el crecimiento, los problemas para dotar de servicios crecerían, pues el municipio seguiría contando con los mismos elementos para atender la “recolección de basura, policía, alumbrado, (eso) sí nos complicaría”, añadió el alcalde.

La percepción ciudadana de seguridad en Tlajomulco es la peor calificada de la Zona Metropolitana de Guadalajara en base a lo señalado en la Encuesta Continua de Percepción de Seguridad Pública.

En las calles de sus fraccionamientos, no sólo hay casas deshabitadas, sino una ausencia de elementos policiacos, pues de acuerdo a la media señalada por la ONU, debería haber un policía por cada 357 habitantes, en tanto que en Tlajomulco, según la nómina de seguridad pública, hay un policía por cada 693 pobladores.

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