Basura y más basura

El callejón y la plaza lucen como depósitos y no parecen
tener una solución

Detrás del mercado de la Cabecera Municipal se encuentra un pequeño callejón, que normalmente hace las funciones de basurero colectivo, ya que es el lugar en el cual tanto comerciantes de este inmueble, como algunas tiendas de los alrededores, incluso vecinos y comerciantes de los kioscos establecidos llegan a colocar su basura.

Desde hace ya varios meses, los comerciantes del mercado se han mostrado inconformes sobre este asunto, haciendo sus respectivas denuncias a la dependencia de mercados y festividades. A efecto de ello, una de las propuestas por parte de esta dependencia es que el camión recolector pase a las 9:00 de la mañana y 5:00 de la tarde a recoger la basura, y que se notificará a los locatarios para que no saquen su basura antes, sino hasta que pase el camión, lo que hasta el momento está en proceso, hasta que sea aceptada por la dirección de aseo público.

A pesar de estas medidas, la acumulación de desechos es muy acelerada y en grandes cantidades, pudiendo llegar a juntarse poco más de 200 kilogramos cada día. Aparte de la contaminación visual que genera, los olores fétidos, la cantidad de moscas que se juntan y el constante saqueo de los perros generan un ambiente muy insalubre en las inmediaciones, porque son residuos de toda especie.

Por Ángel  Barajas

“Todos los días llegan por ella, pero por la tarde o al otro día ya está igual; como hay muchos restos de comida, de los mismos de aquí del mercado, llegan los perros y rompen las bolsas y nada más andan regando la basura por toda la plaza, lo que hace falta es como un contenedor de esos grandes para que ya no agarren las bolsas”, comentó Beto, uno de los comerciantes afectados por el problema.

Otro aspecto a tomar en cuenta son los botes papeleros de toda la plaza, en especial el que se encuentra por Flaviano Ramos, a la orilla de la plaza Eugenio Zúñiga, ya que es común que a pesar de estar destinados sólo para pequeñas envolturas o envases, bolsas negras de considerable tamaño son colocadas junto a él, formando una pila que llega a tapar el paso que hay entre los quioscos y dicho basurero. “Los domingos y los lunes tengo que estar aguantando el olor todo el día, como no se lo llevan hasta la tarde y se juntan todas las moscas, hay veces que ni puedo abrir la puerta de la basura que se junta”, comentó una de las comerciantes.

Esto deja entrever que la comodidad sigue ganando para algunas personas, ya que encuentran como mejor opción dejar sus bolsas en estos lugares que esperar el camión, sin importar los efectos que pueda ocasionar; pero también es necesario tomar en cuenta que para solucionar una situación como esta, hace falta que cada uno haga su parte.