martes, 20 de julio de 2010

Urge un cambio

Los esfuerzos de la dirección son notorios pero no bastan para solucionar los problemas

Por Víctor Hugo Ornelas

Para los trabajadores del rastro municipal y sus vecinos colindantes, lo necesario para mejorar la condición de ambas partes, es la reubicación de este matadero, el cual acarrea una historia de muchos años de desatención, mismos que no pueden solucionarse en sólo seis meses de trabajo.

Si bien la nueva administración se ha esforzado por realizar mejoras en varios aspectos, también habrán de reconocer que las limitaciones son demasiadas y la inversión que se hace no dará solución a los conflictos que presenta, “El rastro trabaja al tope de sus capacidades, su funcionamiento es muy bueno en lo que respecta a su personal y nos atienden mejor, ya existe un sólo horario para la matanza de res y puerco, cosa que antes no había y era una bronca”, mencionó un carnicero, que requiere del servicio desde hace más de diez años.

Por lo anterior, la medida de reubicación parece ser la mejor opción para eliminar la gran cantidad de problemas que giran en torno al rastro, donde por un lado los trabajadores, quienes aseguran que en lo administrativo se ha ganado mucho terreno en comparación con otras administraciones, también mencionan que las carencias en equipo e infraestructura son muchas, “Ahora nos acaban de traer equipo, botas, guantes y todo eso, pero nos faltan muchas cosas” agregó uno de los matanceros. Y en efecto, estando en el lugar es muy notorio que las carencias en equipo impiden que el reglamento impuesto por la secretaría de salud a los rastros se cumpla adecuadamente.

Esto se agrava por la carencia de resguardo, lo que dificulta o hace inexistente el control en la matanza clandestina, lo que genera a su vez un gran número de riesgos para los consumidores de carne.

Esto es sólo una parte de lo que sucede dentro de las instalaciones y que dificultan las labores de los trabajadores del rastro y su funcionamiento; pero en esta historia hay otros afectados, pues su mala ubicación y sus deficiencias perjudican directamente en la ciudadanía, en específico a los vecinos, quienes se quejan de los fuertes olores que emanan del interior, “El olor es horrible, a veces estamos comiendo y cuando hay mucho sol, el olor se hace más fuerte y es muy desagradable comer así y eso que mi casa no está pegada al rastro como otras”.

Aunado a esto, los vecinos afectados mencionan que en la zona hay sobre población de moscas, pero sin lugar a dudas, lo peor de todo se da por el hecho de que los desperdicios líquidos como sangre y fluidos de los animales van a dar a la red de drenaje.

La reubicación de este rastro se había planeado desde 2 administraciones atrás, con el proyecto del rastro “TIF” en San Miguel Cuyutlán, sin embargo nunca se han realizado las acciones para que esto realmente se efectúe.

Finalmente preguntamos a los trabajadores del rastro qué calificación le pondrían al servicio que se presta, teniendo como resultado un promedio de 8.5, debido a las carencias ya antes mencionadas, mientras que respecto a la dirección que ahora está al frente de esta dependencia la calificaron arriba de nueve.

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